HISTORIA
El Nombre proviene del sácrito “upala” que significa piedra preciosa y de acuerdo con datos históricos, los ópalos de México fueron utilizados por el pueblo azteca para la elaboración de artículos ornamentales y ceremoniales entre los años 1200 y 1519. Al ópalo se le conocía con el nombre vitzitziltecpal o “piedra colibrí”, en alusión al parecido de la iridiscencia de la gema con la del plumaje del ave.
Con la conquista de los españoles se perdieron las localidades conocidas de ópalo, hasta que, en 1840, don José María Siurab redescubrio los depósitos y comenzó a trabajar las minas Santa María Iris, en Hacienda Esmeralda. En 1855 se descubrió otros depósitos importantes en la Hacienda Esperanza, la Mina La carbonera, entre otras.